Luego de 15 años de transición 1989-2004, los velos de la ilusión o fe en el porvenir sin fundamento se han desgarrado: el desencanto ha terminado por desplazar la esperanza ingenua de los primeros años.
El mismo partido Colorado que sostuvo durante 35 años la dictadura (1954 a 1989), lidera la errática transición de una democracia “prendida de alfileres” y ha contribuido con 5 malos gobiernos.
Contrariamente a otros países de la región, dónde se asiste a una atomización de los actores políticos, en Paraguay se sigue teniendo dificultades para superar el centenario esquema bipartidista, y una tercera fuerza que no logra abrirse camino ni capitalizar el descontento y los errores de los adversarios.